Final entre Argentina y Nueva Zelanda, expectativas de campeonato para los dos equipos. Sol y más sol para decorar la jornada de tribunas repletas.
Allí en un rinconcito de las tribunas este cronista iba cocinándose a fuego lento mientras el staff encabezado por el cruel jefe y el cronista estrella, disfrutaban de la sombrita del palco de prensa.
La jornada comenzó con el homenaje a Lucha Aymar que presenció el bautismo del Estadio Mundialista con su nombre. El fervor del público se trasladó al partido final que comenzó con intensidad, Argentina se plantó en campo rival y buscó el desequilibrio individual por las bandas, las oceánicas defendieron en bloque pero sin poder salir de su zona.
A los 9′ la Selecciòn Nacional tuvo su primer corto, Tiró Rebechi y Rutherfors volando como un arquero de fútbol desvió el remate, enseguida la portera se lució ante Cavallero.
A los 12′ hubo tarjeta verde para Thompson. Eso no hizo mella en el espíritu de las oceánicas que empezaron a salir de a poco con su juego de bloques. Los multicambios del equipo neocelandés buscaban mantener la intensidad en el juego.
Apenas comenzado el segundo cuarto, a los 16′ penetró Granatto en gran acción individual y convirtió cruzando el remate. Uno a cero.
A partir de allì Argentina se hizo fuerte con las buenas manos de Granatto y la presencia de Habif en el mediocampo. Como con el transcurrir de los minutos como las visitantes no armaban situaciones de riesgo, las albicelestes ingresaron en una peligrosa zona de confort retrocediendo diez metros en el terreno.
Hacia los 29 minutos, las chicas salieron de esa zona para llevar peligro. En el segundo corto, luego de una buena reacción de la arquera, Campoy remató cruzado. Dos a cero.
El entretiempo encontró a este escriba disfrutando de su único momento de sombra, armando una semimerienda, con un vasito de agua y una mitad del sandwichito de milanesa sobrante del día anterior. Comida de corresponsal de guerra.
Las neocelandesas se adelantaron y a los 34′ Punt ejecutó brillantemente un corto a la izquierda de Succi. Dos a uno. Reaccionó Argentina y a los 42′ Dupuy colocó la bocha entre las piernas de la arquera visitante. Tres a uno.
A los 43′ Rebechi movió la bocha en un corto y Barrionuevo metió un golazo a la izquierda de Rutherford. Cuatro a uno. Para el último cuarto ingresó Aladro y así todas las jugadoras tuvieron minutos en cancha.
A los 50′ Rebechi en buena jugada abrió para Merino quien con fuerte remate clavó la pelota arriba, otro golazo. Cinco a uno.
A esa altura Nueva Zelanda siguió con su disciplina pero los huecos en defensa comenzaron a abundar.
A los 51′ le cometieron falta a Albertarrio, corto, en el rebote remató Romang y salvó la arquera. En los minutos finales el pùblico acompañò con palmas el inminente triunfo argentino.
En ese momento se desató el festejo en todo el estadio, todos moviendo las manos y lanzando sombreros y gorras al aire, este cronista embriagado por el entusiasmo popular lo que lanzó fue su zapatilla derecha por lo que posteriormente debió volver alegre, pero rengo, desandando todo el trayecto desde el Estadio Luciana Aymar, hasta su humilde albergue.
