Qué es de la vida de la Leona. “Nunca voy a volver al alto rendimiento, hoy juego por hobby”. Su hija Robertina la sigue en las canchas y ella está feliz.
(Fuente: La Voz del Interior; Cronista: Eugenia Mastri; Fotos: Minutohockey.com)
Los días de grandes bolsos, aviones y viajes largos quedaron en el pasado para Soledad García. Ya no hay hoteles cinco estrellas en su itinerario, ni camisetas de la selección argentina, ni cuartos compartidos con Luciana Aymar.
La ex-Leona cordobesa ahora se viste de amarillo y negro, carga pañales, mamaderas, varias prendas pequeñas y comparte la cama con su hija Robertina cuando el hockey la obliga a trasladarse de San Luis, donde vive desde hace dos años y medio con su pareja Nicolás y, claro, su niña.
“La Sole” asumió la coordinación de hockey en el club Gepu de la capital puntana, donde además es entrenadora del equipo masculino de primera y de la sexta de damas. Y sigue repartiendo su magia como jugadora en la máxima división. Todo enmarcado en su nueva condición de madre, “título” que la hace “completamente feliz”.
“No estoy nunca en paz. Las veces que está tranquila es cuando duerme o cuando se la lleva alguien (risas). Pero estoy contenta. Crece todos los días; siempre hace algo nuevo; es graciosa, buena… No me puedo quejar. Estoy feliz”, dice “la Sole” mientras controla que su primogénita no se choque contra la mesa.
“La dejo ser bastante. Prefiero que esté con todo el mundo, que salga… Los dos somos así y tratamos de que ella se amolde a nuestra vida. Creo que ya conoce más canchas de hockey que yo”, bromea la goleadora, que se considera “tranquila y relajada” como madre. “Si se está por golpear la dejo que resuelva para que aprenda… Como todo el mundo aprende”, admite.
“A los 34 años, y luego de jugar un torneo, dijo “la Sole”: volví a dormir en un albergue después de no sé cuánto tiempo, con la gordita, que dormía conmigo…”
La número uno
Su rol de coordinadora la tiene a “Sole” atenta a cada detalle. Por eso, ante cada viaje se ocupa de qué llevar, horas de descanso de las jugadoras, el tiempo necesario de digestión… “Me hago cargo de un montón de cosas porque he viajado, he vivido… Ahí me doy cuenta de que antes tenía una persona que te resolvía eso y acá éramos dos o tres intentando hacer todo. Pero está bueno, es aprendizaje, prueba y error. Se va aprendiendo, porque antes siempre fui jugadora y no las hice nunca”.
–¿Cómo es tu línea de trabajo como coordinadora?
–A mí me gusta la competencia. Durante 15 años me entrené para eso y trato de transmitirlo. Pero además, en San Luis no hay una cultura deportiva como la que hay en Córdoba. El trabajo es inculcar muchas cosas, sobre todo valores. Después de varias actitudes de las jugadoras, que se iban sin elongar o sin guardar las pecheras, me di cuenta que no tenían una disciplina deportiva. Trato de generar que tengan sentido de pertenencia.
–En Córdoba casi no se ven entrenadoras mujeres y vos en San Luis entrenás hombres…
–El año pasado había dos entrenadoras de varones. Pero es porque no hay tantos y es lo que te toca. De todos modos, lo mío es por elección y porque los chicos querían que yo los entrenara. Y hoy elijo seguir estando con ellos.
–¿Difiere de entrenar mujeres?
–Es más fácil porque el hombre es más simple en lo general. Les hablás de igual a igual, y si le tenés que meter una puteadita se la metés. A ellos les toca que una mina les hable así y su reacción es diferente. Yo aprendí un montón con ellos y ellos conmigo. Para mí todos los días era una prueba. Pero es lindo ver el resultado en la cancha. Esa es la satisfacción más grande.
–¿Y cómo es la experiencia con las chicas?
–Me gusta, es la primera vez que entreno a alguien de edades más chicas. Es todo nuevo y lo disfruto mucho.
–¿Se acercan jugadores a Gepu porque está Soledad García?
–San Luis no es una provincia con anclaje deportivo. Paso desapercibida y estoy más tranquila también. Igual, hay de todo y algunos padres traen a sus hijas a Gepu porque saben que estoy ahí.
–¿Cómo es el nivel del hockey puntano?
–Desde que llegué, ha habido un crecimiento importante de gente que trabaja, de cantidad de jugadores… En infraestructura, el Gobierno inauguró el año pasado en toda la provincia unas seis canchas de sintético con el perímetro, baños, tribunas. A nivel club también ha habido crecimiento pese a que es muy difícil cambiarles la mentalidad. Cuando empiezan a ver resultados, entonces se motivan.
–En damas llegaron a la final en su primera participación en un Regional…
–Sí, nos fue bien. A pesar de que uno se queda con qué hubiera pasado si hubiera hecho esto o lo otro. Pero era la primera vez que competíamos como club y llegamos a la final con chicas que jugaron muy bien. Ha habido un cambio bastante grande.
Soledad se refiere al Regional G que se disputó en marzo en Mendoza y en el que Gepu perdió en la final frente a Universidad Nacional de Río Cuarto “B”, en penales australianos.
Pese al resultado colectivo, la cordobesa se llevó el premio a la mejor jugadora y goleadora del torneo. “Pensé que no iba a ser las dos cosas. Fue un lindo torneo y volví a jugar a otro ritmo y otro nivel. La experiencia suma mucho”, valora la delantera.
Volver
Desde que llegó a San Luis, García se sumó a las filas de Gepu. Jugó embarazada la final de 2014 que ganaron y después del nacimiento de Robertina el 12 de junio (igual que su madre), volvió al ruedo en septiembre.
“Con panza decía que quería volver ya, pero después de que nació me gustó ‘ser mamá’”, cuenta la bicampeona mundial con Las Leonas.
Sin embargo, pronto el cuerpo comenzó a pedirle que vuelva a las canchas. “Para sentirme bien y jugar el hockey que a mí me gusta tenía que estar bien físicamente, así que empecé a cuidarme un poco más, a entrenar más y a eso me dediqué. No voy a llegar nunca a jugar al nivel que jugué en el Mundial, obviamente, pero para este nivel que juego hoy estoy bien”, revela.
“Juego por hobby y porque me gusta. Nunca voy a volver al alto rendimiento porque aparte no quiero y no lo necesito”, explicó la delantera cordobesa.
Soledad, que fue elegida dos veces Mejor Jugadora Joven del Mundo (2002 y 2004), reconoce que “hay un montón de cosas” que puede hacer aunque “es muy difícil que el cuerpo se vuelva a acomodar después de ser mamá”.
“Nunca voy a volver al alto rendimiento, porque aparte no quiero y no lo necesito. Lo hago por hobby y porque me gusta. Para lo que jugué en Mendoza, me sentí cómoda porque podía hacer lo que quería en mi cabeza”, confiesa.
–¿Cómo es volver al hockey amateur después de estar en Holanda y en la selección?
–Es raro. En el verano nos invitaron a jugar al Torneo del Sol en San Juan y volví a dormir en un albergue después de no sé cuánto tiempo, con la gordita, que dormía conmigo en la cama… Uno vuelve a un montón de cosas y no tiene por qué perder la humildad. Es lo que viven todos los deportistas cuando comienzan. Algunos llegamos a la elite y otros no.
–¿Te sorprende algo de esto “nuevo”?
–En Mendoza había equipos que no tenía idea de dónde eran. Por ahí uno está ahí arriba y no se da cuenta de que abajo hay muchísimo más. Y está bueno darse cuenta de eso. Obvio que hay cosas que son muy lindas cuando estás arriba, porque hay buenos hoteles, buenas camas, tenés un gran desayuno, pero ese esfuerzo que uno hace durmiendo en un albergue o haciendo eventos para un viaje no sea tan caro, ese gustito del esfuerzo se siente y vale. Y es parte de lo que yo hice también. Es recordar viejos momentos de los que viví. Se siente lindo. Cuando estás ahí lo disfrutás y lo más lindo es jugar.
–¿Y extrañás lo otro?
–Sí, obviamente (risas).
La Sole y otros temas
… Las Leonas. “Las veo bien, he escuchado muchos comentarios buenos, positivos. Ha habido un recambio y hay una frescura diferente que necesitaban, en cuanto a entrenadores y jugadoras. Necesitan ese cambio. Las noto bien, concentradas, entrenando, más en un año olímpico. Se vio otra cara para la final de la WL en Rosario. Y es lo que la gente estaba esperando. Cuando hablo con las chicas las noto bien. Realmente creo que les va a ir bien en los Juegos Olímpicos. ¿Podio? Tienen que encontrar ser más regulares, seguro ‘Gaby’ y el cuerpo técnicos se lo están planteando. Aparte, para estar más tranquilos”.
… el hockey de Córdoba. “Cambió la conciencia de parte de los jugadores. En general, el tener un centro de alto rendimiento en un solo lugar donde tenés todo lo que necesitás para entrenarte. Pero, sobre todo, fue conciencia de los jugadores que quieren lograr algo. Córdoba
–siempre después de Buenos Aires– va a ser la segunda provincia que tenga una buena competencia. En todos los deportes, la competencia se ha ido nivelando con los mejores”.Su perfil
Nació el 12 de junio de 1981, en Córdoba. Tiene 34 años. Se formó en Universitario y también vistió las camisetas de los clubes Rot Weiss (Alemania), Push (Holanda) y SCHC (Holanda).
Lo mejor de su carrera estuvo en el seleccionado argentino, Las Leonas, en el que obtuvo, entre otros títulos, los mundiales de Perth 2002 y Rosario 2010, la medalla de plata en Sídney 2000 y las de bronce en Atenas 2004 y Beijing 2008.
La cancha de hockey del predio del estadio Kempes lleva su nombre.