La tandilense Inés Delpech fue elegida como la tercera mejor defensora de Estados Unidos tras una temporada en la que tuvo que aprender nuevas técnicas casi por obligación, ya que pasó de ser volante ofensiva a defensora central. La jugadora de hockey, surgida en el club Los Cardos, ya había sido nominada a este premio el año pasado, cuando aún jugaba en la mitad de la cancha.
(Fuente: El Eco; Cronista: Gonzalo Rotonda)
-¿Por qué elegiste jugar en Estados Unidos?
-En 2012, con el Colegio Santo Domingo, hice un intercambio a Estados Unidos a Minneapolis, Minnesota, y la chica que me alojaba justo estaba por arrancar la universidad y yo la ayudé con la inscripción y me empezó a gustar bastante. En ese momento lo pensé, pero el hockey allá no está en todas las universidades, no está tan desarrollado. A nivel nacional es un poco mejor, pero no es tan popular como acá, entonces no sabía mucho qué universidades lo ofrecían y bueno… después me volví a Tandil y era mi último año de colegio y colgué.
-¿Antes habías jugado en Europa?
-Yo me recibí en 2012. En 2013 me fui a Francia a trabajar, jugar al hockey y estudiar francés allá. Estuve de febrero a mayo, me volví en invierno y fui de vuelta de agosto a diciembre con Victoria Casaux, mi amiga. Así que estuve ahí, en Nantes, Francia, antes de irme a Estados Unidos.
-¿En qué ciudad estás?
-Estoy en Kent, Ohio. Es una ciudad chiquita, una ciudad universitaria. Está a menos de una hora de Cleveland. Es re chica pero re linda, porque solo viven universitarios y eso gusta mucho. No es una universidad gigante, pero es muy linda la verdad.
-¿Cómo te adaptaste a vivir allá?
-El primer año me costó un poco porque era más grande que las demás de mi curso. Yo me había recibido en 2012 y recién me fui en agosto de 2014 porque después de estar en Francia, cuando volví tuve que arrancar la universidad ya que si no, no podía ser elegible para competir allá. Entonces empecé en la UCA un cuatrimestre y me terminé yendo en agosto de 2014. Así que cuando me fui ya tenía dos años más que las de mi curso. Eso me costó un poco, pero después del primer año me adapté muy bien. Me encanta mi vida allá. Con mi grupo de hockey hacemos todo juntas, vivimos juntas; como que allá me armé una familia. Además, mis entrenadores me ayudaron muchísimo a adaptarme, siempre fueron muy compañeros, me apoyaron en todo lo que decidí hacer. Y la verdad es que no solo me terminé adaptando muy bien, sino que estoy pensando en quedarme.
-¿Cuáles son las diferencias entre jugar en Estados Unidos y en Argentina? ¿Es mejor o peor el nivel?
-Si lo comparás con una “A” de Buenos Aires, es peor. Es a nivel universitario, hay que entender eso. Allá los deportes van por universidad, los clubes son más recreativos. A nivel universitario es muy bueno: tenés el torneo de tu conferencia, en el que jugás contra las universidades que están en tu región, pero después vos también elegís contra qué universidades querés jugar. Y mis entrenadores siempre dicen que hay que jugar contra el mejor para poder ser el mejor. Entonces siempre nos enfrentamos a los top 20 y eso nos hace mejorar mucho el nivel. También jugamos contra chicas que están en el seleccionado de Estados Unidos, y además hay chicas de Alemania, de Holanda. El nivel está muy bueno, es muy competitivo.
-Además de jugar al hockey y estudiar, ¿también trabajás?
-No. Como es a nivel universitario, yo tengo una beca por estudio y por hockey. A mí me cubren todo para que vaya, juegue y estudie. Aparte no me daría el tiempo para trabajar: curso cinco horas diarias y entrenamos todos los días tres horas. Nos dejan uno solo libre, que por lo general son los domingos.
-¿Qué estás estudiando? ¿Te exigen el estudio para jugar?
-Arranqué haciendo sociología y estoy por terminarla. A la vez, en mi segundo año empecé resolución de conflictos, así que estoy haciendo dos carreras al mismo tiempo. La realidad es que la rutina de allá te lleva a estar muy encima de las cosas. Como te dije, curso cinco horas al día, después entreno y después con mis amigas, como que en eso somos muy compañeras: llegamos, nos bañamos, tomamos algo y nos vamos para la biblioteca a estudiar. La verdad es que me la paso estudiando, aparte soy medio pesada con eso, siempre me gustó que me fuera bien. Pero al ver a todos tus amigos haciendo eso, no te cuesta tanto. Mis entrenadores igual son de exigirnos. Siempre piden que el equipo en general tenga un promedio bastante bueno, un 3.5. Allá sería como tener todo A y B. La A va del 93 al 100 y la B del 85 al 93, o algo así. Siempre nos exigen que además de rendir en la cancha, rindamos académicamente
-¿Te complica el hecho de tener que estudiar en otro idioma?
-Yo tenía una buena base de inglés por el colegio y la verdad que no me complica tener que estudiar en otro idioma. Por ahí lo que me pasa es que mis carreras son de leer mucho y a veces son textos muy pesados, escritos en un inglés medio antiguo, entonces agarro el celular y voy googleando una palabra cada 3 minutos, ja, ja…
Entre las mejores
-¿Cómo evaluás tu año? ¿Qué balance hacés de la temporada?
-Gané el premio como mejor defensora, salí tercera. El año pasado había estado nominada en mi posición, pero no gané. Fue un año difícil para mí porque me cambiaron de posición y me costó mucho adaptarme, pasar del medio a la defensa. Yo soy mucho más de atacar, pero se habían recibido muchas de nuestras defensoras y no nos quedaba otra. Tuve que aprender un montón de cosas, como por ejemplo a marcar, porque yo en el mediocampo casi que no lo hacía. Fue complicado porque sentí que estaba teniendo una temporada bastante mala, pero mis entrenadores siempre me ayudaron mucho, me mostraban videos, como reforzándome que no era tan mala como creía. Yo porque también sabía que podía rendir más. Sobre el final nos fue bien y eso me ayudó a ver que como equipo estábamos bien, que es lo que a mí más me importa. De hecho, a todas lo que más nos interesa es llegar lo más lejos posible como equipo.
A nosotros allá nos hacen ponernos objetivos antes de que arranque la temporada y lo del premio había sido uno de los míos. Así que quedé muy contenta por haber podido lograr eso, pero fue difícil por el cambio de posición y por sentir que no estaba rindiendo como el equipo necesitaba.
-¿Cuáles son tus objetivos para este 2017?
-Seguramente me dejen en la defensa, así que en cuanto a hockey mejorar, como jugadora. Ahora me voy a mediados de enero hasta mayo y no estamos en temporada. Lo que hacemos en estos meses es entrenar todos los días de 6 a 9 de la mañana y se trabaja mucho la parte técnica, como más individual. Voy a tratar de aprovechar estos meses para mejorar y sentirme un poco mejor jugando como defensora.
A nivel grupal tenemos varios objetivos que este año no pudimos cumplir. Queríamos llegar entre los mejores doce y salimos campeones de nuestra conferencia, pero en la primera ronda del Torneo Nacional perdimos contra un equipo al que le habíamos ganado. Terminó medio triste la temporada y es feo, pero a la vez te dan ganas de volver y superarte.
En lo académico es mi último año de cursada. Después me queda un cuatrimestre más a principio de 2018, pero estoy tratando de hacer una pasantía en Washington, que es como un programa al que tengo que entrar. Así que uno de mis objetivos es poder ingresar para poder irme a vivir allá un cuatrimestre y estudiar.
-¿Hasta cuándo pensás quedarte en Estados Unidos?
-La verdad que no lo sé, y tampoco lo hablé mucho con mis viejos. Ellos igual se imaginan que me está gustando bastante y que estoy pensando en quedarme. Me gustaría hacer un postgrado y después ver la idea de volverme a Argentina. Pero hay muchas cosas para ver y eso lo tendría que decidir en este 2017.
-¿Tenés pensado irte a algún otro lugar después o solo volver a Tandil?
-Por ahora me gustaría quedarme allá, pero seguro que algún día volveré. Tengo un montón de familia, mi grupo de amigas y muchos hermanos chiquitos. Me encantaría volver, pero por ahora lo quiero extender lo máximo posible.