Le tenía miedo al palo de hockey, y cómo no, si su hermano mayor le amenazaba con golpearla todo el día con uno de ellos. “A él le regalaron un palo antes que a mi”, dice Camila Caram, quien no comenzó precisamente con el pie derecho su historia en este deporte, el que sin embargo la llegó a convertir en capitana del equipo mayor; las ‘Diablitas‘.
(Fuente: Bio Bio Chile; Cronista: Juan Carlos Pérez)
Motivada por sus padres, desde los cinco años que Camila practica el hockey sobre césped. Ha sabido compatibilizar la disciplina con estudios y otros quehaceres a lo largo de su vida, desafío no menor, reconoce, ya que se dejan bastantes cosas de lado.
“No fue nada fácil compatibilizar el deporte con mi carrera por ejemplo. Yo estudié ingeniería civil en la Católica y la verdad es que son bastante exigentes (…) Sí, se pierde bastante. Se sacrifica un poco la carrera porque se debe estudiar menos o lo justo y necesario o se termina no dedicando el tiempo que uno quisiera a los estudios porque tiene que entrenar”, indica.
Con una experiencia en el hockey de Alemania por dos años, la ‘Diabla Madre‘, como le suelen llamar a Camila en la escuadra nacional, repasa su historia y metas relacionadas a esta disciplina, con la que ha logrado destacados resultados que además espera seguir cosechando en el futuro.
Sus metas, relata, apuntan bastante alto siendo los próximos Juegos Olímpicos de Tokio uno de los aspectos que le quitan el sueño a quien, entre otros gustos, se define como una apasionada por las pizzas.
Es el mano a mano con una jugadora experimentada y aguerrida, a la que incluso llamaron ‘Pitbull’ en algún momento por su similitud en la cancha con el jugador de la ‘Roja’.
“Pero después llegó otra jugadora que era más ‘Pitbull’ que yo así que perdí el sobrenombre”, revela entre risas la deportista, que eso sí, asegura, fuera de la cancha es totalmente opuesta, “soy más bien callada, no hablo mucho”.
¿Qué lecciones les dejó la reciente gira por Sudáfrica en donde enfrentaron a equipos como Bélgica, China y el mismo dueño de casa?
Nos dejó hartas lecciones. Hemos mejorado mucho, pero todavía nos falta y tenemos que seguir fijándonos en esos detalles chicos que marcan mucho la diferencia. Por ejemplo entrenar más el corto, con el corte que es un arma muy importante en el hockey, asimismo el físico hemos mejorado muchísimo. Antes, jugar contra China o Sudáfrica eso nos mataba y ahora la verdad es que lo hacemos de igual a igual, aunque eso se puede seguir mejorando.
¿Notaste alguna diferencia fuera del aspecto deportivo, en formación o implementación por ejemplo?
No creo que haya mucha diferencia en cuanto a formación e implementación comparado con los otros equipos que jugamos. Nuestro equipo está bastante profesionalizado en cierto sentido y por eso no hay una gran diferencia. Creo que estamos a nivel de equipos top, en cuanto a implementación y otras cosas.
De cara al World League II, ¿cómo evalúas la experiencia?
La experiencia en Sudáfrica estuvo muy buena. Todos los días en que no teníamos partido hicimos entrenamiento en doble turno, por lo tanto aprovechamos mucho el tiempo que estuvimos allá y estábamos muertas pero era lo que tenía que hacer y era necesario. Nos sirvió muchísimo.
¿Qué expectativas tiene el equipo sobre aquella competencia que se realizará en abril?
Las expectativas sobre la World League II es llegar al podio. Sí o sí. Saliendo primeras o segundo lugar nos asegura un cupo para la World League III por lo tanto el objetivo principal es llegar a la final. Tenemos una expectativa super alta que nosotras tenemos del equipo mismo y los entrenadores tiene de nosotros y asimismo la gente.
Estamos trabajando para que la presión no nos mate y así rendir de la mejor forma posible en el torneo.
¿Considera que el equipo nacional está bien nutrido para asumir los desafíos?
Nuestro equipo está bastante bien nutrido. Tenemos un cuerpo técnico de lujo, Sergio Vigil es un crack, sabe mucho de hockey de psicología, de manejo de grupo y de mujeres que no es un tema fácil.
Con él tiene a Diego Moroso, quien ha tenido mucha experiencia en torneos. Ha estado viviendo en Chile así que también tiene ese conocimiento sobre el deporte en el país y además tenemos ayudante y preparador físico que completan un cuerpo técnico muy amplio, así que muy bien por ese lado.
La federación también nos apoya en todo, han estado consiguiendo cada vez más recursos. Tenemos algo ahí que nos puede aportar mucho. Las jugadoras para qué decirlo, muchas estuvieron jugando en Europa, otras siguen allá, así que el nivel es bastante bueno.
Respecto a formación y desarrollo, ¿Cómo evalúas tu carrera desde tu debut en 2006?
Mi carrera en el hockey creo que ha tenido harta suerte. Tenía 16 o 17 años cuando comencé en la selección y de a poco fui aprendiendo mucho de las jugadoras más experimentadas de equipo y fue variando mi carrera porque empecé como volante en la selección pero no fue una posición en la que me destacara mucho así que logramos encontrar un puesto, como en 2010, que me cambié a jugar de central y la verdad es que ha sido una posición que me ha acomodado bastante.
A mi me gusta mucho hablar en la cancha así que desde atrás me gusta porque ordeno y logro hacer manejar un poco al equipo, más que yo destacarme con habilidades con la pelota.
El mundial Junior fue una experiencia muy buena, aunque venía desde el Panamericano 2008 en donde le logramos ganar a Argentina y después con eso pudimos clasificar a un mundial. Fue un torneo muy entretenido siendo una de las más grandes del equipo, fue una tremenda experiencia.
Después asumí la capitanía y ha sido un gran desafío, en principio me nombraron capitana y no sabía qué esperarme, qué hacer, qué es lo que hace una capitana, cómo son sus responsabilidades pero de a poco entré con los entrenadores y fue cada vez más fácil y las jugadoras la verdad es que han tenido mucha confianza en mi. Aprendí la responsabilidad que conlleva pero ha sido una experiencia bastante grata y que me ha ayudado a conocerme como persona de otra forma.
¿Hay algún desafío deportivo con las ‘Diablitas’ que te haya marcado?
Un desafío deportivo que me marcó a mi junto con el equipo fue el proceso para Guadalajara 2011, porque en los Panamericanos anteriores estuvieron -el equipo chileno- muy cerca de ganar medalla y no se les dio en ese momento, pero quienes siguieron de ese equipo lograron contagiar al resto las ganas y la motivación que se necesitaba para poder lograr esas medallas.
En ese sentido se hizo un cambio en el equipo, en cuanto a profesionalizarse un poco, y no dejar ninguna cosa al azar. Dedicarse full a esto y con esos cambios se dieron cuenta de que de verdad había que hacer algo distinto por lograr la medalla fue cuando lo logramos.
Yo no estuve los Panamericanos anteriores en donde las chicas estuvieron muy cerca de colgarse la medalla, pero tenía la sensación de que no lo habían logrado la vez anterior y luego sí se había logrado.
Jugaste en Alemania, ¿Qué destacas de aquella experiencia deportiva?
Fue una experiencia muy buena, bastante distinta a lo que se vive en el hockey chileno. Eso buscaba, vivir una experiencia nueva, cosas distintas.
Aquí la costumbre es ir a entrenar casi por cumplir. Ahí, en el club, se tenía más o menos la disciplina de una selección. Nadie faltaba a los entrenamientos y todos tenían el compromiso de dar el máximo, porque el fin de semana se venían partidos dificilísimos entonces la experiencia fue muy buena.
Esto me sirvió para darme cuenta de que siempre hay detalles que se pueden corregir, cosas que mejorar, y viendo a jugadoras de muy alto nivel como hay en Alemania, ayuda bastante.
¿Qué metas te propones en el plano individual y colectivo?
Una de mis metas individuales es mantenerme bien físicamente para estar en la selección, por la edad una empieza a llegar a los límites físicos. Todo es un poco más difícil, me empiezo a lesionar más.
Las metas colectivas son la World League II y clasificar a la World League III y con eso tratar de buscar un cupo para el Mundial de Londres del 2018 y más a largo plazo son los JJ.OO. de Tokio 2020, de todas maneras ese es un objetivo y un gran desafío que estamos buscando con la selección.
¿Te ves jugando unos Juegos Olímpicos con las ‘Diablitas’?
Las opción que tengo de jugar unos Juegos Olímpicos con las ‘Diablas’ sería en Tokio, pues después con la edad y los planes que uno tiene fuera del hockey se hace un poco inviable, así que espero que clasifiquemos a esos JJ.OO., pues sería mi última oportunidad.
¿Cómo evalúas el desarrollo del hockey en Chile y qué falta por mejorar?
Creo que el hockey se ha masificado mucho en estos últimos años en Chile, pero falta mucho más. Tiene que llegar a ser un deporte tan conocido como el rugby, como el fútbol o el básquetbol.
La verdad es que se sigue viendo hockey solamente en internet, no se ve nada en la televisión y ojalá el plan es que eso cambie. Que logremos llegar a masificar el hockey para que sea un deporte conocido en todo el país. Así como lo lograron hacer en Argentina, y eso lo estamos tratando de hacer con la imagen con las ‘Diablas’. Si nosotros logramos concretar buenos trabajos en altos desafíos deportivos, en algo se ayuda pero no es fácil.
¿Consideras que el hockey un deporte elitista?
Me parece que el hockey en Chile sí es visto como un deporte elitista pero no tiene por qué serlo. Hemos visto en Argentina es un deporte completamente popular y que se juega alrededor de todo el país y en cualquier superficie.
Acá estamos acostumbrados a que se juegue sobre pasto sintético pero al final de cuentas, qué necesita uno, un pedazo de pasto, incluso de tierra si es que al final no tiene nada, igual se puede jugar hockey en la tierra, o en cemento o gimnasios multiusos.
Falta un poco quitar ese estigma de que el hockey es elitista porque al final depende un poco de cómo uno lo quiera hacer, el que se considere o no elitista.
En Argentina se ha logrado hacerlo un deporte popular, donde la gente como te decía antes juega en cualquier parte. En canchas de pasto con hoyos terribles, o en canchas de arcilla o de tierra, al final eso es solamente un impedimento que uno mismo se lo pone acá en Chile pero que no tiene por qué existir.