El Club Náutico El Quillá, una de las instituciones con más historia deportiva de nuestra ciudad a lo largo de los años, y fundamentalmente por cuestiones económicas, ha tenido momentos buenos y malos. Hoy la mirada es de satisfacción, gracias a la impecable cancha de hockey de nivel mundial, un motivo más que importante para que la familia “azul y oro” se sienta orgullosa.
(Fuente: El Litoral; Cronista: Juan Ignacio Rodríguez)
La ciudad de Santa Fe, desde hace un tiempo a la actualidad, es cuna de grandes eventos. En especial, y en muchas oportunidades, deportivos. Y parece que esto es algo que se va a prolongar con el tiempo. Y el motivo primario, es la voluntad y las ganas de la gente. En este caso, jugadoras, jugadores, familiares y amigos del hockey del Club Náutico El Quillá.
Hace muchos años, el lado sur del club tenía una cancha de rugby y una de fútbol: lugares del club que, entre otras cosas, estuvieron tapados de agua en las últimas inundaciones. Posteriormente, cuando el rugby desapareció, se acondicionó el sector para que sea el escenario principal del primer equipo de la liga santafesina de fútbol. Mientras que la vieja cancha de fútbol, se convirtió en una de hockey, pero de césped natural.
Hoy, la fisonomía de la zona ha cambiado radicalmente. Cuando uno pasa caminando, corriendo o en auto por la Avenida Circunvalación, llama la atención un azul imponente, rodeado de un tono rosa: típicos colores de las canchas de hockey de agua, o síntético de agua. Una cancha de primer nivel internacional.
El Litoral tuvo la oportunidad de dialogar con Edgardo Fernández, o el “Perro”, tal como lo conocen todos en el ambiente. Entrenador de El Quillá, de varios seleccionados de la ASH y un “laburante” del hockey en el club desde hace más de 20 años.
“Esta es una obra monstruosa, de un costo increíble y un esfuerzo fantástico. Coronar el crecimiento deportivo, con una cancha de nivel mundial, es una gran alegría que embarga a toda la familia del Club Náutico El Quillá”, sostiene Fernández.
“Todo a pulmón”
En esta oportunidad, como suele ocurrir a veces, no hubo apoyo del estado. Pero no lo dicen como crítica, todo lo contrario. Desde el club, entienden que hay otras prioridades, necesidades y exigencias en la sociedad. “Por eso es que cobra aún mucho más fuerza lo realizado, porque todo lo hicimos a pulmón. Y no es algo menor: es una obra con un costo de un millón de dólares final, en esta primera parte. Todavía faltan luces, tribunas y vestuarios, entre otras cosas”, afirma orgulloso el entrenador.
Fernández hace sin dudar, una mirada macro de lo que significa tener una cancha de estas características: “No solo es para que lo disfrute el socio, jugador o jugadora del club, sino también para que jueguen o practiquen seleccionados, que se puedan realizar torneos importantes, para difundir el deporte. Y obviamente, hacernos conocer, tener más roce nacional e internacional. El crecimiento va a ser exponencial a partir de esta superficie. No llegamos a 20 canchas en el país de este tipo, por ende, esto es algo maravilloso para nuestro deporte”.
Características e invitaciones
“Esta es una cancha de agua, donde se juegan los eventos internacionales. Son más rápidas, la bocha corre más pareja y prolija que en un sintético de arena. Esto invita a que muchos equipos quieran venir. Tenemos cerrado a Italia en enero, estamos esperando la confirmación de Las Leonas para inaugurar la cancha. También el ok de Cachito Vigil, actual entrenador del seleccionado femenino de Chile. Es una superficie muy tentadora, una verdadera vedette en el hockey y tenemos la suerte de tenerla en Santa Fe”, explica el “Perro”