Aquí estamos en de Lier, cerca de Delf, para seguir viviendo el segundo mundial paralelo de damas y caballeros. La ciudad administrativa por excelencia en Holanda está recibiendo el mejor hockey del mundo, para la organización, no hay palabras, es increíble, desde el estadio para 15.000 personas hasta el predio en el que está emplazado. Es imponente cada vez que juegan los equipos nacionales de Holanda ver a todos los espectadores vestidos con algo naranja y predispuestos a vivir una fiesta. Cada detalle en el estadio, en los stands comerciales y gastronómicos, hace que uno esté inmerso en lo impactante que es un torneo internacional de alto nivel.
Desde que llegamos hace unos días comenzamos a vivir el Mundial y a disfrutar de alentar a los dos equipos nacionales uno que sorpresivamente llegó a las semifinales y está escribiendo una página grandísima en la historia del hockey maculino y las chicas que nos tienen acostumbradas a estar siempre en lo más alto, en las vísperas de jugar otra semifinal de un mundial.
Desde mi lugar se me hace imposible no emocionarme ante un Himno Nacional, ante una jugada, ya que durante muchos años participé de ésto y lo disfruté desde adentro y hoy me toca disfrutarlo de otra forma como espectadora, desde afuera disfrutando y sufriendo mucho más como la fan número uno de estos dos equipos grandes argentinos LAS LEONAS y LOS LEONES.
Estoy feliz de estar acá y participar de este nuevo mundial de mayores y de Holanda que es en el único lugar del mundo donde se puede organizar de esta forma y hacer que uno viva y sienta el hockey de una manera espectacular.
Todavía queda lo mejor por disfrutar y vivir las semifinales y finales, que van a ser más increíbles.