DEJA VU: Es el fenómeno de tener la fuerte sensación de que un evento o experiencia que se vive en la actualidad se ha experimentado en el pasado.
PREMONICIÓN: Es la supuesta capacidad de conocer hechos con anterioridad a su acontecimiento.
Bien, sin intención de aburrirlos, estimados lectores, este culto escriba percibió estas sensaciones, antes descriptas, en el encuentro entre Ciudad y Arquitectura.
La premonición que el encuentro iba a ser tal como fue. Arquitectura presionando arriba, achicando espacios. Ciudad tratando de armar juego por las bandas y confiando en el desequilibrio de sus individualidades.
El deja vu, se dió cuando todo lo que aconteció en el partido, recordó a los otros juegos entre los mismos rivales. Los partidos, más allá del resultado, han sido siempre similares.
Desde lo estadístico el juego fue muy parejo, 8 llegadas por lado, 4 cortos para el local, 2 para la visita. Cinco remates netos para Arquitectura, cuatro para Ciudad.
El control del juego parejo, aunque con mayor preponderancia para el equipo visitante.
Una cuestión que marcó el desequilibrio estuvo en la cantidad de tarjetas. Arquitectura tuvo 4 verdes y 1 amarilla, es decir jugó durante 13 minutos con una jugadora menos. Ciudad tuvo 2 verdes y una amarilla que se dió al final, a los 32 ‘ del segundo tiempo, con el juego definido.
El otro factor de desequilibrio, presente en la premonición y que llegó como un deja vu de todos los encuentros anteriores, fue la capacidad individual.
Si en otros encuentros, fueron Rojas, Rebecchi o Scarone, en este partido Romang fue la clave en el juego. Siempre bien ubicada, complicó jugando desde el centro hacia los costados y llegando libre por el sector opuesto de los ataques. Además marcó el tanto del empate a los 11’ de la primera etapa.
La otra individualidad que marcó diferencias, fue Barrionuevo definiendo en los cortos con su habitual jerarquía. La defensora convirtió a los 24 ‘ y 28 ‘ del complemento.
El empeño de Arquitectura y la calidad de Metidieri, chocaron así con la capacidad de las locales.
Los mejores momentos de la visita fueron cuando se puso al frente en el marcador, apenas iniciado el juego, a los 3’ por intermedio de Monserrat, y los primeros 20 minutos de la etapa final. El local, en tanto, se hizo fuerte en los úlimos 15 minutos de cada etapa.
El empate estuvo rondando en el encuentro, hasta que la premonición y el deja vu, se hicieron realidad: Las individualidades de Ciudad, siguen siendo desequilibrantes.