(por Hugo Tajes – Hockey Argentino Plus) (Imagen de TV)
A las 7.50, con 4 grados de sensación térmica, este sufrido corresponsal decidió realizar sus tareas desde la camita. Frazada, almohada alta y control remoto, todo organizado. El partido tuvo un tono algo chato en el primer tiempo, con pocas llegadas, juego de presión, sólo dos acciones para los neozelandeses y muy poco más.
El segundo tiempo fue distinto. Primero porque valientemente, decidí desplazarme hacia el living y completar la crónica desde allí y segundo porque comenzaron a vivirse las emociones, propias de los goles. Argentina pudo soltarse, avanzar en campo contrario y de este modo forzar un corto, el cual fue convertido por Peillat a la derecha del arquero a los 9 minutos de ese segundo tiempo.
Poco duró la alegría, cinco minutos después Jenness con un desvío igualó el marcador. pero enseguida, a los 16, un nuevo corto de Peillat, esta vez a la izquierda puso el dos a uno. Ese no sería el final, ya que a los 28 nuevamente Peillat de corto, con arrastrada arriba a la derecha del golero, puso cifras de finitivas, 3 a 1. Desde allí hasta el final Argentina hizo control de bocha y consumió los minutos hasta que sonó la chicharra.
La efectividad Argentina se vió reflejada en los números, tres goles sobre cuatro remates, fruto de cuatro cortos. Peillat por su eficacia goleadora y Vivaldi por resolver tres situaciones difíciles en contra fueron las figuras albicelestes.
Finalizando esta crónica, apelo a mis fieles lectores para que influyan en el jefe, situado en tierras holandesas, para que tenga la sabiduría de convocarme como cronista a la tierra de los tulipanes. la valentía demostrada en esta crónica, al levantarme con 4 grados de temperatura ambiente, así lo amerita.