Después de los años de gloria en los setenta y en los ochenta, el hockey sobre hierba paquistaní está ahora en un momento de caída libre: por primera vez en su historia, la selección nacional ha fracasado en la fase de clasificación para los Juegos Olímpicos.
(Fuente: Rpctv; Foto: AFP)
Varios exjugadores internacionales han elevado su voz contra los dirigentes de la Federación, a los que acusan de precipitar el declive del equipo con su corrupción, su incompetencia y su falta de inversiones en un deporte que rivalizaba con el cricket en el corazón de los hinchas.
El primer ministro, Nawaz Sharif, ha llegado incluso a crear un comité encargado de hacer resurgir el hockey paquistaní, pero la tarea se presenta muy difícil.
Pakistán tiene en su palmarés tres medallas de oro olímpicas en este deporte y cuatro oros mundiales, pero sólo ha quedado octavo de diez equipos en la Liga Mundial masculina de hockey sobre hierba, disputada recientemente en Bélgica.
Este resultado le deja sin billete para los Juegos Olímpicos de Río-2016, para los que se clasificaban únicamente los cinco primeros.
“La señal de alarma tendría que haberse dado ya el año pasado, cuando fallamos en las eliminatorias para el Mundial, pero nuestros responsables nunca parecieron darse cuenta de ese fracaso. Este nuevo revés deja nuestro hockey en coma”, lamenta Sami Ullah, ex internacional paquistaní apodado ‘Caballo Volador’ por su prodigiosa velocidad sobre la hierba.
El último título mundial de Pakistán en este deporte se remonta a la edición de Sídney-1994, pero desde entonces, el deporte ha cambiado mucho con la generalización de los campos sintéticos, nuevas reglas y avances tácticos. “Simplemente, no hemos podido seguir todos esos cambios”, constata el exarquero Mansoor Ahmed. “Nuestros jugadores no están en forma y, sobre todo, los políticos han destruido el deporte”, sentencia.
– Guisantes y pan –
Pakistán no ha sido la única potencia tradicional del hockey sobre hierba en entrar en declive. India, otro gigante histórico de este deporte, no se clasificó para los Juegos Olímpicos de Pekín-2008, aunque después de eso realizó grandes inversiones y ha elevado de nuevo su nivel.
El entrenador de la selección paquistaní, Shahnaz Shaikh, se queja de la falta de inversiones: “Hace un año que lo digo en todos los sitios. Nos faltan instalaciones”.
“No podemos competir a escala internacional comiendo guisantes y pan”, dice por su parte el capitán Mohamad Imran, en referencia a la dieta que tuvieron los jugadores en la preparación del último torneo. “En Belgica, tuvimos una dieta de 20 dólares por día y era realmente difícil”, dice sobre la reciente Liga Mundial en la que no se consiguió el pase para Río.
A pesar de las peticiones, Islamabad ha rechazado nutrir las arcas del equipo nacional y ha pedido incluso una auditoría sobre los 1.200 millones de rupias (11 millones de euros) que le dio el anterior gobierno, en 2009, en un país donde la corrupción de las administraciones es un gran problema.
Con esta larga lista de problemas, el hockey sobre hierba ya no es atractivo para los jóvenes, al contrario que el cricket y sus adineradas estrellas. Según el exarquero Mansoor Ahmed, Pakistán debería ahora contratar a un asesor extranjero y centrarse en formar a una nueva generación de jugadores. Se resiste, como muchos enamorados de este deporte en el país asiático, a resignarse: “Llevamos el hockey en el corazón, no va a morir”.