Es el equipo español con más medallas en los Juegos Olímpicos, pero llega a Río de Janeiro siendo realista y admitiendo que esta vez el metal es una meta demasiado ambiciosa. La selección masculina de hockey hierba se encuentra en pleno cambio generacional.
(Fuente: Mundo Deportivo; Cronista: Ferran Martínez)
Es el equipo español con más medallas en los Juegos Olímpicos, pero llega a Río de Janeiro siendo realista y admitiendo que esta vez el metal es una meta demasiado ambiciosa. La selección masculina de hockey hierba se encuentra en pleno cambio generacional. En la última olimpiada se han despedido hombres de mucho peso, empezando por el tridente mágico formado por Pol Amat, Santi Freixa y Edi Tubau, pasando por Àlex Fàbregas o Ramón Alegre. Ahora les toca tomar el relevo a otros nombres ilustres de este deporte, como David Alegre, Xavi Lleonart o el portero Quico Cortès.
“Es complicado preveer qué se puede esperar de nosotros en Río. De momento debemos hacer los deberes hasta el final, día a día, para llegar al nivel óptimo y una vez empiece la competición, llegar lo más lejos posible”, apunta el meta, que disputará en Brasil sus terceros Juegos Olímpicos.
España masculina certificó su clasficación tras el Europeo. Su quinto puesto en la World League prácticamente les dejaba en Río y en la Copa de Europa de naciones certificaron su billete. Cortès admitía que “cada vez es más difícil llegar a los Juegos Olímpicos. El sistema de clasificación también ha variado los últimos años y es un handicap”. El portero del Club Egara apuntaba que “evidentemente los rivales también se preparan y mucho. Tienen muy buenas generaciones y a eso hay que añadirle mucha preparación y mucha dedicación. Ellos están ‘full time’ para el hockey, no es nuestro caso, así que no supone más exigencia”.
En esta etapa de cambio, Cortès, considerado uno de los mejores porteros del mundo, es un puntal en el césped. Asimismo, fuera de la moqueta, el arquero intenta aportar su bagaje para sumar. “Como veterano me gusta ofrecerme a mis compañeros y aportar mi opinión”, reconoce. “La experiencia te ayuda a encajar las situaciones, porque se van repitiendo las ya vividas”. Y el egarense predica con el ejemplo: “A la hora de entrenar no hay diferencias. Las ganas, la motivación y el esfuerzo es el máximo para ganarme el sitio y tener mi mejor nivel”.
La realidad es que el hockey español ha perdido potencial después de prácticamente ocho años sin bajarse del podio. Antes de los Juegos de Pekín, España era tercera en el ránking Mundial, en 2012 era quinta, actualmente es undécima clasificada.
El diploma sería un éxito
“Hay equipos que están por encima, con más recursos económicos y que pueden entrenar más. A día de hoy es difícil competir por una medalla olímpica”, apunta el seleccionador Fred Soyez. El francés, que tomó el mando de los ‘Red Sticks’ en verano de 2014, comenta que “al tener una nueva generación, con jugadores jóvenes, necesitaremos más tiempo porque prácticamente llevamos un año trabajando juntos”.
Así, de cara a la cita olímpica, Soyez declara que “un top-6 sería buen resultado. Claro que todos queremos estar en las semifinales y pelear por una medalla, pero hoy en día sería un éxito estar entre los seis primeros”. De momento, el principal objetivo es clasificarse para los cuartos de final. Una vez conseguido este primer reto, habrá que seguir soñando.