Raquel Huertas, con dos Juegos Olímpicos y tres Mundiales, gana la Liga Italiana y el pichichi.
(Fuente: Ideal; Cronista: Juanjo Aguilera)
Raquel Huertas Soler (Viator, 18-7-1982) vive mirando a los recuerdos, pero sólo de reojo. Vive el presente pese a que aún echa la vista atrás para recordar que hoy juega en campos de hierba, pero que sus comienzos los vivió sobre el duro y frío cemento de la pista de un colegio en Viator, su pueblo, del que no se olvida. Viajes continuos para jugar en Málaga y, con 17 años, ‘a volar’. Casi en el sentido literal de la palabra. Orgullosa de ser almeriense, de recibir en su tierra el reconocimiento ganado fuera -con dos palabras siempre en la boca, Viator y Almería-, Raquel Huertas pasa las páginas de un diario imaginario repleto de recuerdos, de palabras que suenan raras como stick, strocke, flick o penalti-córner, pero que significan un sufrimiento conocido por todo aquel que quiere llegar a algo. Son algo así como los obstáculos que la vida va colocando en el camino para hacer más grande el triunfo.
Recientemente, la viatoreña ha regresado a su tierra tras otro logro importante, ser la máxima goleadora de la Liga Italiana donde ha competido con el Catania y al que ha conseguido hacer campeón de la competición del país transalpino, clasificándolo para jugar la temporada que viene la Copa de Europa, la meta más importante a la que puede aspirarse en el hockey de clubes.
Temporada exitosa
Raquel habla con satisfacción de lo que ha conseguido esta temporada en Catania, en una charla en la que repasa todo lo que le ha pasado últimamente. «La verdad es que es bastante positivo porque tengo la suerte de jugar en un buen equipo, al lado de buenas jugadoras y una buena entrenadora y eso me hace a mí ser mejor jugadora aún», señala.
Esta experiencia en el país transalpino le permite hacer diferencias con respecto a lo vivido en sus años como jugadora de hockey en España. «La diferencia es que ahí son equipos, no se determina por el aspecto individual. Es un equipo, son una familia».
Y hasta advierte que hay más profesionalidad en la competición italiana que en la que se organiza en España. «Ahora mismo, el hockey italiano es más profesional que el de España porque hay una serie de entrenamientos a la semana intensivos, tanto físicos como técnicos y visuales y eso lo hace que sea un poquito más profesional».
Además, señala que la competición por equipos prima sobre otras cosas. «En España todo va alrededor de la selección. Si la selección española requiere de varias concentraciones al mes, la Liga va adaptándose a lo que pide la selección. En Italia se da preferencia a los clubes».
Importancia
Se siente importante, algo que a lo mejor en España no sentía. «He metido 25 goles en 14 partidos y eso es bastante importante. Además, podría estar jugando en España, pero si tienes la ventaja y el privilegio de competir fuera y jugar ligas europeas merece la pena. Yo estoy muy a gusto, me tratan muy bien el presidente y el club. Allí, es como si hubiese vuelto a nacer en el hockey. He vuelto a recuperar la ilusión en este deporte. Me siento muy bien físicamente para jugar».
Su futuro parece ligado a la posibilidad de continuar la próxima temporada en Italia. «Seguramente voy a seguir allí porque al quedar campeonas jugaremos la Copa de Europa de clubes y eso es muy bonito. Es lo máximo a lo que puede aspirar un equipo, jugando contra los mejores equipos de Europa. Es una competición muy bonita de jugar».
Con 33 años, aún podría pensar en volver a la selección, en la que no está por desentendimiento con el técnico. «La selección está estancada porque tuve un problema con el actual seleccionador por falta de entendimiento, por la forma de decir las cosas hacia mí, por el trato que me dio. Una jugadora que lleva tantos años en la selección pienso yo que él debe tener la confianza suficiente para hablar conmigo y no mandar un email y decirte cuatro cosas».
De todas formas no descarta volver a entrar en el grupo. «Creo que depende de una conversación con el seleccionador. Ahora mismo estoy dolida por el trato que me ha dado. Ni yo ni ninguna jugadora que llevamos toda la vida dedicadas a este deporte, dejando nuestras familias, nuestros amigos, nuestra vida para dedicarnos al hockey merecemos que nos comunique las cosas por un email. Eso no se lo merece nadie».