Lola Riera: “Desde que me dijeron que Sudáfrica había renunciado, creo que duermo más tranquila, afirma la joven que estudia medicina.
(Fuente: Las Provincias; Cronista: Moisés Rodríguez Plaza; Foto: Jesús Signes)
Las Redsticks quieren sufrir. Disfrutan padeciendo sobre el césped. Lo prefieren antes de la sensación de la World League de 2013. «Fuimos a sobrevivir. Hablamos con el staff y planteamos que para hacer algo teníamos que ir a vivir juntas. Antes no teníamos concentraciones tan largas», comenta Lola Riera sobre la conversación que mantuvieron las jugadoras de la selección femenina de hockey hierba con el cuerpo técnico encabezado por Adrian Lock. «Les transmitimos que estamos dispuestas a todo. Para hacer algo has de estar implicado al 100%, afirma la jugadora valenciana que en las últimas semanas se ha quitado la espina que tenía clavada desde el 18 de junio.
Riera forma parte de la selección que estos días prepara en Valencia los Juegos de Río siete meses después y en el mismo lugar donde parecía que el sueño olímpico había acabado en pesadilla. «Ahora lo recuerdo como algo de lo que puedo aprender. El campeonato tuvo sus cosas buenas y también otras malas», afirma sobre la semifinal de la World League que se disputó en el polideportivo de Beteró.
En los cuartos de final tuvo lugar uno de los episodios más crueles del deporte español en 2015. Las Redstick necesitaban quedar entre las cinco primeras para asegurarse su presencia en los Juegos. Ganar a Alemania tenía el premio de un billete para Río que acariciaron. En el tiempo reglamentado (donde marcó Lola Riera) y en la tanda de desempate donde la valenciana protagonizó uno de los errores fatales para España: «De esas experiencias me voy formando. He tenido otros fallos a lo largo de mi carrera. Quizás este es el más trascendente, y encima en casa. A partir de que me dijeron que Sudáfrica había renunciado, creo que duermo más tranquila».
Era un secreto a voces en el mundo del hockey hierba. España sólo podía estar en Río si las sudafricanas se proclamaban campeonas continentales y renunciaban a Río. Esta decisión la tomó su comité olímpico, que entiende que el campeonato africano carece de nivel y sólo iban a apoyar la presencia de su selección si se clasificaba vía World League. La federación sudafricana de hockey hierba se planteó acudir al TAS, pero finalmente se ha resignado a perder una plaza que aprovechará el combinado de Lock.
«Estamos jugando por encima de nuestro ranking y vamos a demostrarlo. En Río tendemos un grupo difícil, con Holanda, Nueva Zelanda, Alemania, China y Corea. El objetivo es meternos en cuartos y a partir de ahí, a un partido, todo puede pasar», afirma Lola Riera, ambiciosa. La valenciana, que cuenta con el respaldo del Proyecto FER, apunta que el equipo, con una media de edad joven, trabaja para los Juegos de Tokio: «Río también era un objetivo para nosotras».
Ella lleva nueve años fuera de casa. Desde los 16 reside en Madrid, donde también estudia Medicina. «Quiero ser cirujana, pero la verdad, todo dependerá del MIR. Ahora mi prioridad es el hockey. Voy por mitad de la carrera. Cuesta compaginarla porque los exámenes coinciden con las competiciones. Parece que lo hacen adrede», afirma Lola Riera. Su madre es médico de familia y su abuelo también ejerció esta profesión, aunque ella apunta que no fue este el motivo de elegirla: «Lo tengo claro desde pequeña».
También a temprana edad se decantó por el hockey hierba, como sus dos hermanos. «Al mayor le gustó y ya todos le seguimos», apunta: «Jugábamos en el pasillo de casa. Mi madre y la vecina estaban hartas, porque estaban rotos los azulejos», comenta con una sonrisa. Pese a ello, no fue un alivio para su progenitora el hecho de que hiciese las maletas para ingresar en el centro de alto rendimiento antes de los 16: «Me dijo que si era lo que quería, no hay problema… pero ella prefería que me quedase en Valencia».
No tiene fecha de regreso. «Lamentablemente, la élite en España es Cataluña o Madrid», apunta. Riera tampoco quiere quedarse ahí: «Cuando surja la oportunidad, me gustaría probar en el extranjero. Aunque en el SPV estamos luchando por los puestos punteros, esto no es como la liga holandesa». Mira al futuro y sólo piensa en el azul de la hierba del hockey: «Quiero seguir vinculada a un deporte que me ha dado muchísimo».