Cuando tenía cuatro años, los padres de Xavi Lleonart (Terrassa, 1990), socios del CD Terrassa, decidieron apuntarlo a hockey sobre hierba solo por el hecho de ser uno de los dos deportes que en aquel momento se practicaban en la entidad vallesana. Más de veinte años después, Lleonart puede presumir de ser el actual campeón de Europa y el mejor jugador de una final de la Euro Hockey League, la competición internacional entre clubes más importante en Europa.
El título continental se suma a las tres ligas españolas y cuatro Copas del Rey que el delantero ha conseguido con el RC Polo, conjunto al que volverá después de su experiencia de un año en el HC Bloemendaal. Además, en los últimos años el catalán ha sido un habitual en las convocatorias de la selección española, con la que ha participado en dos Juegos Olímpicos, dos Mundiales y cinco Europeos.
¿Cómo se siente un campeón de Europa?
Estoy muy contento. La Euro Hockey League (EHL) es una competición muy especial. Es un torneo relativamente nuevo que empezó la temporada 2007/08 y se enfocó mucho a los aficionados con el objetivo de conseguir que el hockey sobre hierba tuviera una Copa de Europa más atractiva. Hasta aquel año las condiciones eran bastante precarias y ganarla, por lo tanto, no era demasiado importante. Ahora todo ha cambiado y para mí es un orgullo poder decir que he levantado un título internacional. Con el RC Polo la jugué durante cinco cursos pero siempre me quedé a las puertas de la final four. Cuando decidí fichar por el Bloemendaal sabía que tendría muchas opciones de ganarla.
¿Te marchaste al Bloemendaal para ganar esta competición?
No solo por eso, fui allí por muchos motivos. En primer lugar, porque desde pequeño quería jugar en la liga holandesa, la mejor del mundo; posteriormente, por lo que supone vivir una experiencia en el extranjero, con todo lo que puedes aprender como persona y como jugador, y, por último, es evidente que el hecho de que fuera un conjunto que siempre lucha por todas las competiciones también influyó en mi decisión. Acabar la etapa con el éxito en la EHL ha sido una alegría inmensa.
En la liga, sin embargo, habéis quedado cuartos.
Sí, el Ámsterdam nos eliminó en las semifinales. Fue una decepción muy grande. Tanto, que en el partido por el tercer y cuarto lugar estábamos desmotivados y no competimos a nuestro nivel. Teníamos muchas esperanzas de disputar y ganar la final, y no tener la oportunidad de hacerlo fue un golpe duro porque durante toda la fase regular demostramos que lo merecíamos. No perdimos ningún partido y acabamos segundos a solo dos puntos del primero.
¿Qué diferencias hay entre el hockey sobre hierba holandés y el español?
Muchísimas. He descubierto pocas cosas porque en Holanda ya habían ido muchos compañeros de selección y ya me habían contado la mayoría, pero diferencias hay muchas. La más destacable es la cantidad de gente que juega. Allí el hockey es el segundo deporte, no sólo por la abundancia de clubs que existe, sino también por la repercusión mediática que tiene y los espónsors interesados en la competición. Solo el fútbol está por encima en estos aspectos. Los medios de comunicación principales hacen crónicas de todas las jornadas, algo impensable en España. Es todo; toda la infraestructura del hockey sobre hierba es muy profesional.
¿Estas diferencias se deben a una cultura de país?
Sin ningún tipo de duda. El país reúne las condiciones para que se juegue a hockey, pero también las intenta favorecer. No es casualidad que juegue tanta gente. No sé de dónde viene todo, pero hace mucho tiempo que es así y en el ámbito internacional se puede ver claramente. Holanda siempre está luchando por los títulos más importantes (Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos) y sus clubes son los que juegan las finales de los torneos internacionales.
“Lo que me llevo de Holanda es la satisfacción de poder jugar cada domingo el hockey que más me gusta”
¿Qué es lo que más te ha gustado de tu experiencia en Holanda?
En lo deportivo, el estilo de juego. Allí no importa si eres el primer clasificado o el último, los equipos siempre tienen el objetivo de atacar, presionar e intentar marcar goles y, en consecuencia, el deporte es ofensivo, rápido y de combinación. Les da igual perder de paliza, lo que quieren es intentar jugar bien. Ellos quieren ganar, no ir sacando empates a trancas y barrancas. En España, la mentalidad es completamente contraria y todo el mundo es mucho resultadista. Los equipos pequeños se cierran y buscan un juego brusco y trabado. No hay espacios, no puedes correr… Y yo, personalmente, no disfruto tanto. Lo que me llevo de Holanda es la satisfacción de poder jugar cada domingo sabiendo que el partido será fluido y que podré jugar el hockey que más me gusta.
¿Y lo que menos?
El frío y, sobre todo, los servicios médicos. Aparte de que aquí hay más staff, todo es bastante más profesional. He echado de menos un poco de atención, un fisioterapeuta que esté disponible siempre y el hecho de tener los cuidados que todo atleta tendría que tener. Según mi opinión, eso se debe a la cantidad de jugadores que hay. A no ser que seas uno de los mejores, si no juega uno saldrá otro y, seguramente, lo hará igual de bien. En España, el talento brilla por su ausencia y los buenos se tienen que cuidar para tenerlos siempre disponibles.
¿Por qué sólo has estado un año allí?
Porque yo quiero estar aquí, en casa. Me apetecía jugar la liga holandesa, pero más de un año me parecía demasiado tiempo. Una segunda temporada no me aportaba nada. Aquí tengo la pareja, la familia, los amigos y el RC Polo, que me ayuda, me apoya y me quiere. Quería probarlo y me marcho con la satisfacción de haber jugado en el mejor club de allí y de Europa y haber compartido vestuario con los mejores jugadores del mundo, leyendas del hockey sobre hierba.
Si no hubieras ganado el EHL, ¿la decisión habría sido otra?
No, no. La idea era estar solo una temporada. Uno de mis objetivos cuando fiché por el Bloemendaal era ganar algún título importante, ya fuera la liga o la Copa de Europa. Marcharse sin un título hubiera sido una decepción personal, no engañaré a nadie, pero no habría cambiado nada.
¿Te gustaría jugar en algún otro país?
Sinceramente, no. La liga holandesa es la mejor con diferencia. Mucha gente está yendo a Bélgica, pero porque el nivel es más bajo y las condiciones económicas que ofrecen son muy buenas. Lo que quería era disfrutar del mejor hockey y para mí la primera y única opción era Holanda.
También has jugado dos Juegos Olímpicos con la selección española. ¿Te gustaría ganar alguna medalla olímpica?
Sí, seguramente es la espina que tengo clavada. Me encantaría y es un objetivo que tengo marcado, pero no sé hasta qué punto lo podré conseguir. No sé si llegaré a Tokio 2020, me gustaría pero nunca se sabe. Todavía queda muy lejos. Lo que está claro es que será la última oportunidad que tendré para ganar una medalla olímpica, porque los próximos Juegos, los de París 2024, ya se disputarán cuando tenga 34 años. Con el club si que es posible que entonces esté en activo, pero con la selección no me veo más allá de Tokio.
¿Por qué crees que, en Catalunya, el hockey sobre hierba está tan alejado de deportes como el fútbol o el baloncesto en términos de repercusión?
Principalmente, porque juega muy poca gente y casi nadie está enganchado como aficionado. Eso ocurre porque el hockey es poco atractivo para ver en la televisión. La pelota es muy pequeña, hay muchos detalles técnicos que no se pueden apreciar en un plano general y cuestiones tácticas que no se entienden si no se conoce el deporte. Es difícil y desde dentro lo entendemos, pero creo que la Federación Europea está trabajando para que el juego sea mucho más vistoso y mediático. A diferencia del fútbol, que no cambia prácticamente ninguna norma desde que se fundó, el hockey es un ejemplo de deporte que evoluciona y que no es nada rígido.
¿En qué sentido no es rígido?
Casi cada año sale una norma nueva para ver si funciona en televisión o no, para analizar si se puede hacer este deporte algo más atractivo. Pienso que en los últimos 10 años el hockey ha hecho un cambio increíble; ahora mismo es mucho más fácil que un espectador que no esté familiarizado con el hockey se lo quede mirando y tenga interés en él. El deporte ha ganado en términos de dinamismo y rapidez, y creo que eso es consecuencia del trabajo de la Federación.
” El hockey te da de comer ahora, pero tarde o temprano se acaba y hay un momento en que la necesidad de tener currículum pesa demasiado como para seguir jugando
¿Requiere mucho esfuerzo jugar en la élite del hockey?
Sí, mucho. Tenemos muchos entrenamientos, viajamos mucho y los veranos están llenos de preparaciones. Jugar en el máximo nivel comporta mucha dedicación y el problema de eso es que cuesta mucho encontrar un trabajo para compaginarlo con la práctica deportiva. Trabajar de otra cosa es inviable, ya que los deportistas de élite estamos fuera cada dos por tres. En España no todas las empresas están dispuestas a aceptar eso, y menos tal como está todo en la actualidad. Eso representa un hándicap para nosotros porque el hockey te da de comer ahora, pero tarde o temprano se acaba. En todo momento debes tener muy en cuenta las prioridades y, por lo tanto, hay un momento en que la necesidad de tener currículum pesa demasiado como para seguir jugando. En otros países se valora mucho que seas deportista de élite, pero aquí es un problema más que un valor añadido.
¿Se puede vivir del hockey sobre hierba, pues?
Se puede vivir de este deporte si tienes la suerte de jugar en un club que se pueda permitir pagarte un salario, que son pocos, y si estás en la selección, pero eso no es lo más habitual. De hecho, no todos los que juegan en la selección cobran en sus respectivos conjuntos. Además, en nuestro caso poder vivir del hockey no implica, ni mucho menos, tener ningún tipo de lujo.
¿Tu futuro profesional está ligado a este deporte?
Nunca me lo he planteado, pero teniendo en cuenta lo que he estudiado, el Grado en Periodismo, no creo que lo pueda relacionar. Si puedo encontrar un trabajo que me guste y que, encima, esté relacionado con este deporte, yo estaría encantado. Mi afición se convertiría en mi trabajo.
¿Cuando decidiste empezar a jugar a hockey sobre hierba pensabas que llegarías a ser campeón de Europa?
Cuando empecé, simplemente jugaba y prácticamente no sabía ni por qué. Me lo pasaba muy bien, me encantaba y pensaba en el hockey en todo momento, pero no fue hasta que fui mayor que empecé a soñar con conseguir este tipo de cosas. Pensaba: ¿por qué no puedo hacerlo, si realmente se me da bien?
(Fuente: El Nacional; Cronista: Jordi Carrié; Fotos: Koen Suyk)