España: SANTI FREIXA: “COMO JUGADOR, EL HOCKEY YA ME LO HA DADO TODO”

El ex capitán de la selección española se retira en Holanda, donde empieza ahora un nuevo capítulo como técnico.

(Fuente: Mundo Deportivo; Cronista: Ferran Martínez; Foto: Jesús Diges-Efe)

santi

Santi Freixa cuelga el ‘stick’ después de una carrera que le ha consagrado como uno de los mejores jugadores de la historia del hockey español. Se crió en el Atlètic Terrassa, el club de su vida que le permitió dar el salto al Amsterdam de la Liga holandesa, la mejor del mundo. Allí, ha decidido poner punto y final a su trayectoria como jugador y ha empezado como entrenador. Ahora es el asistente de la selección holandesa femenina.

32 años. Tampoco es tan mayor como para dejarlo.

Tenía la posibilidad de seguir al alto nivel un año más, pero no lo sentía. Me pregunté porqué quería jugar más si ya he disfrutado mucho este tiempo. Este último año en la elite, después de dejar la selección, ha sido la mejor temporada de mi vida, me lo he pasado de coña y he entendido verdaderamente de qué va la copla. Era la pieza que me faltaba para acabar el puzzle de mi carrera. Más ya no podré aprender. El deporte me había dado todo lo que me tenía que dar. Hay razones que te hacen continuar, ahora no tenía ninguna. Mi siguiente paso era cerrar esta etapa.

Pero, ¿no lo añora?

Estoy sorprendido de lo poco que lo echo de menos. Lo único que añoro es el equipo. Es una familia más, lo sientes. En el día a día, estamos todos muy cerca. Eso me falta, sí. Pero es la parte emocional de dejar el deporte.

Anunció el final de la etapa y todo han sido elogios. De compañeros, aficionados y también de rivales.

Ha sido una explosión final. Lo anuncié al club y al equipo a finales de junio, pero pedí que no dijeran nada. Quería digerirlo poco a poco, ver cómo me sentía. Hasta que publicaron la lista del Amsterdam en una revista y, claro, yo no estaba. A partir de ahí se desencadenó todo. Estoy muy agradecido, la verdad. Es como una película en la que el último minuto da sentido a todo lo que ha pasado anteriormente.

¿No le asusta lo que le viene?

Si una cosa me han inculcado en casa es que el hockey es muy bonito, pero no se puede vivir de ello. A nivel profesional, estoy compaginando mi empleo en una consultora con el cargo de asistente de la selección holandesa femenina. Y a nivel personal me espera un gran reto en un mes y medio. Con mi pareja, vamos a ser padres de gemelos.

Ha tenido una trayectoria muy intensa. Varias carreras en una.

Sí, estoy de acuerdo. Una de máxima plenitud, de 1999 a 2005, y otra a partir de entonces. Una de éxito en todos los sentidos y otra de éxito interno. Empiezo en el Atlètic Terrassa, ganando títulos con el club y en la selección, premios individuales… Mi cuerpo y las condiciones que tenía eran excelentes y el equipo también. Te piensas que eso es lo normal, porque no sabes el porqué de muchas cosas.

Y entonces decide marcharse a Holanda.

En 2005 me marcho lesionado. Necesitaba irme, saber cómo me comportaría en un lugar donde nadie me conociera. Allí empezó el viaje de mi vida y desde entonces no he parado. Esa segunda parte de mi carrera que da sentido a la primera. Encadeno muchas lesiones y eso lo vivo muy intensamente. Se sufre mucho y debes encontrar fórmulas para levantarte. Y volverte a levantar. Y cuando piensas que no podría ir peor, en Londres, mis últimos JJ.OO., me rompí el brazo.

Dice que ese día valoró la plata de Pekín, cuatro años después de aquella imagen de Freixa llorando desconsolado en el podio.

Aquella imagen es de niño mimado que no es consciente de lo que tiene, de lo que acaba de conseguir. ¿Cómo puede ser que el día que consigues el máximo en tu carrera deportiva estés triste?

¿Por ambición?

Una cosa no quita la otra. Ese momento era para disfrutarlo.

Las lesiones le han hecho madurar.

Las lesiones te obligan a parar. Y cuando paras puedes reflexionar. Es como un ‘stop and go’ en Fórmula 1. Te fuerzan a pasar por el ‘pit-lane’ y entonces valoras estar luchando por la carrera.

Su experiencia le servirá como entrenador. ¿Qué tal los inicios?

Estoy aprendiendo mucho, viendo lo que hay detrás del escenario. Ahora, después de 16 años, entiendo el trabajo de un entrenador y su ‘staff’. No tiene nada que ver. En la competición no tienes esa adrenalina. Debo ver si me quiero dedicar a ello o no, pero entrenar al mejor equipo del mundo femenino y poder estar en una estructura como la Federación Holandesa era una oportunidad única.

¿No tiene del todo claro hacer carrera como técnico?

Estoy convencido que podría hacerlo, pero con una condición: dedicarme a ello al cien por cien. No me refiero a tiempo, sino a ponerle corazón y alma en ello. Hay que ser muy profesional, tener método.

¿Formarse en Holanda para volver en un futuro?

Nunca se sabe. Tengo proyectos, muchas cosas. Primer debo tomarme este año para enfocar mi vida. En verano también viviré una experiencia muy ilusionante con los Juegos de Río y quiero vivirlo al máximo