(Producción “Hockey Argentino Plus”)
En el fresco mediodía del anexo de Quilmes AC se enfrentaron Hurling Club versus el Club Banco de la Provincia de Bs. As., para dirimir el titulo de campeón de la presente temporada de la división Intermedia, triunfando los del trébol tres tantos a dos con un sprint final para el infarto.
En un partido duro y apretado, en donde ambas escuadras se alternaron el dominio de la bocha, cada uno con sus armas y fieles a su estilo de juego, fueron los de Solleyro quienes se quedaron con el máximo premio gracias a su inquebrantable voluntad de atacar cada vez que dispuso la pelota.
La división Intermedia es “el patito feo” de las categorías. Muchos entrenadores no le dan la importancia que realmente posee y ni siquiera las entrenan desligándosela a algún que otro colaborador de ocasión.
Sin embargo, esta división tiene una característica única que la vuelve irresistible porque sólo le interesa a sus propios jugadores, que la potencian, la cuidan y se brindan igual o aún más que los jugadores de las demás categorías, porque tienen perfectamente en claro que sólo les importa a ellos que son los que la juegan domingo tras domingo y a nadie más.
Esos que también entrenan a la par de los de Primera, los que pagan la cuota y los aranceles como el que más, siempre dispuestos a colaborar en lo que se los necesite ilusionados en tener su oportunidad en la categoría superior, sin esquivarle al esfuerzo y compromiso.
Es por eso que las instituciones que aplican la postura inversa como por caso los cuatro clubes que llegaron a semifinales, desarrollan talentos, mejoran capacidades y ensanchan la base de la pirámide que, a no dudarlo, construyen el crecimiento silencioso de la actividad.
Los descendientes de irlandeses se pusieron en ventaja temprano en la tarde con un gol de arrastrada desde la torre uno ejecutado por Juan Montiel, inatajable para el arquero bancario Olivero quien, pese a su atinada reacción, nada pudo hacer para evitar el angulado remate.
Los de Vicente López no se amilanaron y con pases precisos y sus reconocidas rutas de pelota, se fueron acercando paulatinamente hasta el arco verde, logrando el empate parcial en uno, tras una seguidilla de corners cortos,que presagiaban un ida y vuelta electrizante, cosa que finalmente sucedió.
A poco del final de la primera etapa, una recuperación en media cancha de los de Hurlingham derivó en un pase frontal al borde del círculo al derecho de palo de “Hércules” Montiel, quien guapeando encaró a la defensa rival, eludió al arquero -no sin fortuna- y empujó la bocha a la tabla de izquierda a derecha, con un push forzado que resultó una eternidad para la nutrida barra verde que explotó en una algarabía indescriptible.
Así las cosas, con las dos anotaciones del goleador de la categoría, concluyó el primer tiempo, sin nada dicho todavía.
Tanto fue así, que Banco Provincia arremetió firmemente contra la valla adversaria durante todo el segundo tiempo y aprovechándose del hombre de más que tenían, debido a que Hurling perdió un jugador por diez minutos por un tackle deslizante, movieron la bocha hasta generar huecos en la ciudadela del trébol, logrando varios cortos hasta conseguir un nuevo empate, producto de una arrastrada desde la base que se coló en el ángulo izquierdo de un atónito Germán Marín -muy buena actuacion- pero que esta vez nada pudo hacer ante tan preciso “bombazo” al mejor estilo de Gonzalo Peillat.
El dos a dos encaminaba el match a tiempo suplementario con gol de oro, pero en toda película de suspenso que se precie de tal, existe un muchachito, ese que se viste de héroe por un rato y aparece en el momento indicado.
Cuando faltaban menos de cinco segundos para que sonara la chicharra final, el turco Martín Yelen capturó una división de izquierda a derecha que quedó boyando frente al arco bancario delante del punto del penal y con un fortísimo remate de revés frontal doblego la fortaleza rojiblanca, sentenciando el resultado final que decretó el bicampeonato de Hurling y la consiguiente explosión interminable de sus seguidores.
Para los cronistas que peinamos canas, ver resurgir del ostracismo al club de los Ganly, de los Ryan, de los Doherty y de otros grandísimos jugadores que tanto le dieron al hockey local, es una mezcla de esperanza y emoción, porque a estos dos títulos de intermedia le sumaron excelentes performances en la división superior, lo que nos hace presagiar -sin temor a equivocarno-s que óolo es cuestión de tiempo para volver a verlos en lo más alto del hockey metropolitano.