La foto del rosarino Manuel Brunet sentado junto a Agustín Mazzilli en el arco que defendía Bélgica, justo después de que Los Leones convirtieran el cuarto y definitivo tanto con el que Argentina se aseguraba la victoria en la final y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro quedará grabada a fuego en la memoria del hockey nacional.
(Fuente: El Ciudadano)
A pesar de la hazaña, Brunet no se deja encandilar, tiene claro de dónde viene y hacia dónde va. Para él, lo primero es la familia, y lo deja en claro cada vez que tiene oportunidad.
“Lo más importante es que lo pude disfrutar con mis seres queridos, mis hijos, mi mujer, y amigos que fueron a apoyarme en ese momento tan importante, son cosas que no se olvidan más allá de un resultado. Ellos siempre van a estar”.
Así lo afirmó el actual jugador del Royal Daring de Bélgica, minutos antes de que se descubriera la placa con su nombre y su apellido en el Paseo de los Olímpicos.
“Es una alegría enorme, no hay nada más importante para un deportista que una medalla de oro. Después del bronce conseguido en 2014 en el Mundial de Holanda el equipo se metió en la elite del hockey, pero venimos trabajando desde mucho antes”, sentenció el rosarino en diálogo con el Departamento de Prensa de la Subsecretaría de Deportes de la Municipalidad de Rosario.
Siendo un adolescente, Brunet empezó a incursionar en la primera del club Universitario que dirigía por entonces Ernesto Morlan.
Citado al seleccionado argentino junior, se coronó en el Mundial de Rotterdam 2005. “Fue algo imborrable”. Se trató de la primera medalla dorada del hockey masculino nacional. Y hasta este año, la única.
Esos logros ya quedaron en el pasado para Brunet, que prefiere plantearse nuevos objetivos para “mantener alta la motivación”.
“El año que viene trataremos de conseguir la plaza para el Mundial de India 2018, tenemos la primera chance en junio en Londres con la Word League y en agosto la Copa América. Todavía tengo la ambición de seguir ganando cosas”, enfatizó.
Para finalizar, expresó su deseo de que, en el año 2017, los rosarinos puedan “disfrutar del día a día, y lo más importante es que cada uno haga su trabajo con pasión como lo hacemos los deportistas, entrenando 8 o 10 horas al día”.
Rosario vivió en este 2016 uno de sus años deportivos más gloriosos. Primero fue la regatista Cecilia Carranza Saroli en la especialidad Nacra 17, y luego el volante formado en Universitario, junto al seleccionado masculino de hockey, quienes le regalaron a la ciudad dos medallas doradas históricas para el deporte rosarino.
