Fuente: El Tribuno; cronista: Julio Nakhle
El salteño con pasado en Nueva Zelanda y Austria, será técnico del Quilmes High School. Llega como el único DT del interior en la competencia.
Hay quienes dicen que los sueños son posibles, pero llegar a un objetivo la mayoría de las veces no es fácil y casi siempre se presentan obstáculos que dificultan la llegada a la meta. El claro ejemplo de pelearla para cumplir lo que siempre quiso fue el del entrenador salteño de hockey Juan Iñigo (36), quien tuvo que “remarla” durante muchos años para disfrutar de un presente inmejorable: fue contratado como DT del conjunto masculino del Quilmes 
High School, equipo que milita en el torneo Metropolitano A, una competencia que cuenta con el 60% de los campeones olímpicos. “Voy a ser el único entrenador del interior”, dice con orgullo a El Tribuno.
Sin embargo, la historia como líder de grupo se remonta a 2011, cuando decidió buscar su destino en Nueva Zelanda, aunque allí tuvo que esquivar su primer inconveniente: “En un principio me iba a la isla de sur, Christchurch, pero un terremoto una semana antes de mi viaje hizo que el hockey de esa región no tenga lugar. Con los pasajes en mano y sin saber adónde ir, empecé a mandar correos a la isla del norte, en donde el club onewhero accedió a recibirme”.
“En ese momento en Nueva Zelanda no pagaban por jugar, así que tuve que trabajar. Mis actividades consistían en ayudar a un compañero del club en su empresa eléctrica y ser el encargado de la limpieza del club house”.
Luego de salir campeón con el equipo femenino y ser el mejor jugador en el masculino, tuvo que regresar a la Argentina donde rápidamente consiguió comandar al equipo de chicas de San Martín de Tucumán, pero con un trabajo estable en Salta, constantemente debía viajar y en el colectivo aprovechaba para estudiar la carrera de su vida: filosofía.
En 2013 su destino nuevamente fue la tierra de los famosos All Blacks. “Volví a Nueva Zelanda, esta vez para la Isla del Sur, Christchurch. La ciudad estaba en reconstrucción y el hockey en marcha de nuevo. Si bien tuve la suerte de conseguir una difícil visa de entrenador, todavía jugaba en el primer equipo de varones del club Marist, en el mejor nivel de la Región de Canterbury. Fue un gran año, otra vez elegido el mejor jugador del equipo y mi primera de mujeres clasificó a la play-offs”.
“Si bien el hockey ocupaba la mayor parte de mi tiempo, muchas noches a la madrugada ayudaba a un amigo que era dueño de un frigorífico a controlar las cargas y el sistema de entrada de las reces. Una experiencia que contrastaba con mi amor por los animales, pero que me permitía ganar una nada despreciable ayuda económica”, completó el entrenador salteño.
Luego de ese gran paso, llegó un aire nuevo para Iñigo: el Post SV lo contrató y por fin pudo vivir del -y para el- hockey. En ese conjunto fue subcampeón de Europa en mayo de 2015 con las chicas.
El año pasado, y por motivos personales, debió regresar al país y, como pudo, se las rebuscó para seguir inmerso en el mundo hockey.
“Opino que el que está dispuesto a vivir en una ciudad tan difícil como Capital Federal, adaptándose al ritmo, las distancias y la idiosincrasia, puede jugar o ser técnico”.
Ahora tendrá uno de los desafíos más importantes de su carrera que lo llevará a dirigir grandes jugadores y a enfrentarse a la mayoría de los campeones olímpicos. Otro paso de calidad para el hombre nacido en el club Gauchos, aquel conjunto que juntaba abono para hacer conos y entrenar, con mucha honra.
