La capitana de San Cirano “A” habló sobre sus comienzos en el hockey y su amor por el club de Villa Celina.
(Fuente: Newsletter Hockey Club San Cirano)
- ¿Cómo fueron tus comienzos en el club?
S.B: ¡No tuve mucha chance! Es probable que me hayan hecho socia del club antes que el documento. Mis papás son socios vitalicios, y mi papá es socio fundador, así que creo que agradezco a ellos la no-elección.
- ¿Por qué elegiste nuestro club para jugar hockey?
S.B: A decir verdad, mis comienzos en el club no fueron de la mano del hockey. Desde que nací, mis papás me llevaron al club, pero yo no quería empezar hockey, así que iba a jugar con mis amigas, a la pileta, o a pasar el rato. En ese entonces el club no era el mismo que es ahora, eramos un par de familias que iban todos los fines de semana a pasar sábado y domingo al club. Había muchos menos socios, el club creció muchísimo.
- A la hora de estar en la cancha, ¿Qué te impulsa?
S.B: El hockey del club creció mucho estos últimos años y, por suerte, pude formar parte de varios de esos momentos en la historia que lo hicieron crecer. Gracias a las cosas que hacemos y generamos dentro y fuera de la cancha como Plantel Superior A, no solo el hockey, sino el club, crece día a día. Lo que me impulsa es eso, es seguir escribiendo la historia del hockey en San Cirano, y dejar el club en lo más alto para las generaciones que vienen.
- ¿Qué sentís viendo a los planteles juveniles e infantiles actuales de hockey?
S.B: Siento que hay un San Cirano peleando por cosas grandes para rato. Son chicas que crecieron con un hockey distinto al de varias de las que estamos hoy en Plantel Superior, otra dinámica, otra técnica. Cuando las veo siento que hay muchas cosas que yo a su edad no hacía ni de casualidad, la vara se fue poniendo cada vez más alta.
- ¿Cuáles son tus objetivos personales en el club?
S.B: Mis objetivos personales en el club están muy ligados con eso que me impulsa cada vez que entro a la cancha, que te decía antes: para lograr grandes cosas y dejar al club en lo más alto hay que querer ser cada día mejor, no solo en la cancha como jugadora sino también en este nuevo rol de capitana. Mi objetivo personal básicamente es ser mejor.
- ¿Qué les aconsejas a las jugadoras de hoy?
S.B: Que tengan compromiso. Cuando vas creciendo los tiempos se acortan y las ganas también, pero si tienen compromiso con el club y con el equipo que sea que les toque jugar les aseguro que no se van a arrepentir. Egresé del colegio, me recibí en la facultad, me fui de viaje sola y con mi familia pero sin dudas, las felicidades más grandes de la vida las viví jugando al hockey en el club.
- ¿Cómo evaluás el crecimiento del club?
S.B: Está buenísimo el crecimiento, no solo en cantidad de socios (que es claro el aumento: tres líneas de hockey y plantel superior e infantiles de rugby), sino también en cuanto a lo edilicio. El triángulo de sintético que se está haciendo atrás de la cancha de hockey, las luces de la cancha 3 de rugby, las luces de hockey, son todos proyectos que se van llevando adelante gracias al aporte de todos los que formamos parte del club y por suerte podemos ver esos frutos. También me encanta ver cómo los chicos de Plantel Superior de Rugby se pusieron la remodelación del tercer tiempo al hombro, e iban a trabajar ahí desde la mañana hasta la noche, y quedó genial: son actitudes que valen mucho y son súper importantes para que el club siga creciendo.
- ¿Qué misión y valores te interesa promover más a las chicas que las van a ver y alentar?
S.B: Compromiso, entrega, amor por la camiseta, unión de equipo, solidaridad, compañerismo, dedicación, perseverancia. Sin eso, no llegamos a ningún lado como deportistas.
- ¿Qué sentís cada sábado cuando salís a la cancha con los colores azul y verde?
S.B: Es un orgullo enorme entrar todos los sábados a representar al club que me vió crecer y que me dió las mejores amistades que tengo hoy y que comparto con toda mi familia. Ser parte del Plantel Superior “A” del club es una responsabilidad muy importante, pero todas las que formamos parte del plantel somos muy afortunadas de tener la oportunidad de poder hacerlo y de contar con el apoyo de nuestras familias que nos van a ver llueva, nieve o truene, y de esas personas que no son familia, pero parece que lo fueran porque no faltan NUNCA. El aliento se siente y es porque no es un club sino una gran familia.
