Carla Rebecchi forma parte del seleccionado argentino de hockey sobre cesped femenino desde 2003. Este año tomó la decisión de decirle adíos al combinado nacional para “formar una familia”.
(Fuente: Grupo Crónica; Cronista: Gustavo Iacoviello)
Comenzaba el año 2003 y el seleccionado femenino de hóckey sobre césped disputaba un Campeonato Sudamericano en Chile. El Mundial logrado el año anterior, sumado a la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, había transformado a esas chicas en Las Leonas. Alejandra Gulla, Vanina Oneto y Soledad García eran las encargadas de romper los arcos rivales, guiadas por Luciana Aymar y todo un equipo que comandaba Cachito Vigil.
Una “nena” de 18 años, distinta desde lo físico a las nombradas anteriormente, se destacaba por su velocidad y por su olfato de gol. Carla Rebecchi comenzó ahí su carrera como Leona, con goles importantes en ese certamen, en el que Argentina se colgó la medalla de Oro.
Pasaron 14 años. Y la capitana decidió decirle adiós a Las Leonas. En su haber quedaron un título mundial, dos medallas olímpicas y “mil” torneos ganados, además de 152 goles en 289 partidos internacionales. Rebecchi se suma así a la numerosa cantidad de jugadoras que en el último tiempo ya no forman parte del seleccionado y se la va a extrañar. Las arqueras rivales podrán descansar tranquilas…
Carlita (para todos en el ambiente del hóckey) explicó que “la decisión tiene que ver con que cambiaron mis prioridades. Fueron muchísimos años, quiero vivir otras cosas y formar una familia (está casada con Jorge Lombi, histórico jugador y goleador del seleccionado masculino)”. Ciudad de Buenos Aires, su club, la seguirá disfrutando.
-¿Te costó tomar la decisión?
-La venía pensando y en el verano terminé de definirla. Me costó comunicarla, en especial, cuando tuve que decírselo al grupo. Estoy tranquila y segura de la decisión que tomé.
-¿Tiene algo que ver con la conflictiva situación que atraviesa el hóckey desde lo dirigencial?
– No, mi salida no tiene nada que ver con todo lo que está pasando. Es algo personal.
-¿Qué significó para vos haber sido Leona por 14 años?
-Fue una de las etapas más lindas de mi vida. Es un orgullo haber podido vestir la camiseta argentina tantos años y compartir la cancha con jugadoras tan grandes y tan grosas.
-Y capitana…
-Otro orgullo muy grande. Lo tomo como un premio a los años defendiendo la camiseta. A mí me transmitieron muchas cosas y yo también después tuve que transmitírselos a las chicas que se iban sumando.
-Ganaste muchos títulos y medallas. ¿Hay algún momento especial en tu carrera?
-Ufff, cuesta… Tengo muchos recuerdos muy buenos. El Mundial 2010 fue uno de los mejores, por el contexto, se jugó en Rosario, con nuestra gente, me tocó convertirle dos goles a Holanda en la final… Todo muy importante. Y me queda la bronca de los últimos Juegos en Río de Janeiro. Creo que podríamos haber conseguido otra medalla, pero no se dio.
-Estando tantos años, fuiste testigo de una renovación en los planteles. Ahora es todo muy de golpe…
-Sí, es cierto. Después de un Juego Olímpico siempre hay renovación. Esta vez, más que otras veces. Nunca me tocó vivir un recambio tan grande.
-Y se sumaron a Las Leonas muchas de las Juniors que vienen se ser campeonas mundiales en Chile. ¿Cómo las ves?
-Hay una camada muy buena, con futuro. Hay equipo y hay que hacer un buen trabajo, porque las chicas tienen que ganar experiencia.
-¿Te dejó amigas el hóckey?
-Sí, sigo hablando con varias de las chicas y con algunas soy amiga.
-¿Qué va a ser de tu vida?
-Estoy estudiando diseño gráfico. Quiero retomar. Y voy a seguir jugando en Ciudad de Buenos Aires, mi club.