(Por Hugo Tajes)
Fieles lectores, este humilde escriba, como tantas veces , está aquí al pie del cañón. El inconmovible jefe solicitó la crónica en vivo, para eso estuvimos despiertos desde la madrugada y cumplimos.
El partido parecía poco para ambos. El 5° puesto no sonaba tan motivador para el subcampeón del mundo y el tercero de esa competición. Sin embargo, los dos equipos salieron con entusiasmo por el triunfo.
El juego se desarrolló de acuerdo a las habituales características de cada uno. Los Holandeses buscaron la presión y los movimientos colectivos con rotación. Argentina buscó salir rápido por los costados y apelar al desequilibrio individual.
El primer tanto del partido fue para los de celeste y blanco, una llegada de Paredes, en buena acción, posibilitó al equipo Argentino ponerse uno a cero en el marcador.
Los naranjas buscaron el empate, pero los Leones supieron mantener el partido. Así llegaron al último cuarto, a falta de 7 ‘ Argentina mantenía la ventaja, parecía que se consumaba otra hazaña, pero los de los Países Bajos apelaron a su jerarquía y en pocos minutos lo dieron vuelta. Los goles de Mink van der Weerden y Jeroen Hertzberger , hicieron que sorpresivamente el partido estuviera dos a uno para los Holandeses.
La selección Nacional fue en busca del empate y puso 11 jugadores de campo para lograrlo, hasta que en sendas contras los de la tierra de Máxima aprovecharon la falta de arquero para estirar el resultado, con tantos de Jeroen Hertzberger y Constantijn Jonker, llegaron al tercero, luego de una contra y penetración por derecha y al cuarto a través de un penal, muy bien ejecutado. Cuatro a uno final, cuando la victoria estuvo tan cerca. Un partido que pareció controlado, cerca de la mejor victoria, terminó siendo el de la mayor goleada en contra de los Argentinos en el torneo.
Finalizado el partido, este trasnochado redactor apeló a un fresco jugo de naranja, bebido con furia a modo de pueril revancha.
