Fuente: Diario Clarin, Foto: Carlos Carrión
Los 16 años de Ayelén Stepnik en Las Leonas no sólo significaron para la rosarina medallas olímpicas, mundiales y panamericanas. Pertenecer al seleccionado femenino que masificó como nunca el hockey en la Argentina fue más que sumar alegrías deportivas para esta rosarina: también implica una responsabilidad para con la sociedad. Una que desarrolla desde hace tiempo, enseñando y coordinando equipos para llevar este deporte a barrios humildes de su ciudad con el fin de incluir. Una tarea que hace, sobre todo, porque cree que los referentes deportivos tienen “un compromiso mayor”.
“Somos responsables como referentes deportivos de colaborar con lo social y aportar un granito de arena a la 
sociedad. Hay que ser conscientes de esto”, opina Stepnik para Clarín. Y se explaya en el tema: “Si bien todo ciudadano tiene responsabilidad de educar y transmitir valores, los referentes deportivos impactan, para bien y mal, en mayor medida en la sociedad”.
“Hago lo que hago porque lo siento. Es muy gratificante, es un crecimiento mutuo, tanto para mí como para los chicos”, comenta Stepnik, quien jugó como mediocampista y zaguera central en el seleccionado de mayores entre 1994 y 2010, cuando se retiró. Y lo que hace es un trabajo social vinculado al hockey que arrancó en 2006. Fue a través de la Asociación Civil Más Hockey, que creó junto a otras jugadores y que preside (actualmente está retomando sus actividades tras un parate). La misma contaba con dos objetivos. Uno de ellos era “llevar el hockey a todos los sectores de la sociedad y desmitificar que se trata de un deporte elitista; que se jugara en barrios alejados del centro y predios municipales”. Allí se acercaban chicos rosarinos que jugaban en el seleccionado y que, a cambio de enseñar hockey, recibían una ayuda para costear sus viajes para entrenarse en Buenos Aires. Apoyarlos, justamente, era la otra meta que motivó a Más Hockey. “Era una forma de devolver a la sociedad todo lo que nos había dado”, señala.
Después de su retiro, Ayelén se vinculó a un programa de la Municipalidad de Rosario llamado Hockey Todos Juegan, que hoy permite a unos 2.500 chicos de la ciudad practicar hockey gratuitamente. “Tratamos de enseñar mediante el juego. Tenemos nuestras propias reglas que buscan transmitir valores como compañerismo, respeto, solidaridad, humildad, unión”, destaca la ex Leona. Por ejemplo, los partidos se juegan sin resultados numéricos.
“Los chicos aprenden muchísimas cosas, hábitos saludables mediante el juego, compromiso, organización y aprender a superar dificultades”, dice Stepnik, quien entre sus logros cuenta la medalla plateada en Sydney 2000 y el bronce en Atenas 2004, y que ahora participa de un proyecto del gobierno provincial para dar clases de hockey en 50 centros de educación física a unos 5.000 chicos.
Cuenta también que en sus años de acercar el hockey a los chicos palpó de numerosas formas el impacto que una bocha y un palo pueden producir. Algunos, dice, superaron sobrepeso y otros problemas de salud. Otros encontraron en la cancha el refugio para alejarse de las drogas y el alcohol. También hay quienes, mediante becas para cursos de árbitros, encontraron una salida laboral o los que superaron una discapacidad física. E incluso cuenta Stepnik que el hockey fue el disparador para que un chico confesara la violencia a la que era sometido en su hogar y se pudieran tomar cartas en el asunto.
“Ponen el foco en otro lado”, dice, sobre el rol del deporte. Y lo remarca: “Es una forma de vida”.
